El pequeño Museo de Dublín: descubra la (no tan) pequeña historia de Dublín

Atrás quedaron las grandes salas sin alma donde cientos de objetos se exponen uno tras otro tras un cristal con insípidos carteles explicativos. Visitar el Pequeño Museo de Dublín es ante todo una inmersión total en la vida cotidiana de la ciudad en el siglo XX.

El museo se encuentra en una encantadora casa de estilo georgiano, con sus ladrillos rojos y su porche, y una bonita puerta de colores, muy común en Dublín. La impresión de estar invitado a la casa de un lugareño es total, lo que hace que la experiencia sea aún más auténtica.

Hospédate en un hotel de 4 estrellas:

Parece ser un poco de ambas cosas. Si los objetos son auténticas reliquias del pasado, donadas por los lugareños, su profusión y disposición sugieren un alegre bazar lleno de tesoros escondidos. Pero no te dejes engañar, este bazar está muy bien organizado y recorre la Historia (con mayúscula) de Dublín a través de sus múltiples facetas: social, política, cultural... Descubrirás los principales periodos que dieron forma a la ciudad durante el siglo XX. Y fueron muchos los acontecimientos significativos durante este periodo: desde el Alzamiento de Pascua en 1916, hasta la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil Irlandesa... Se cuentan tantas historias como objetos hay en este curiosísimo piso.

El punto fuerte de este museo es su gran diversidad, sobre todo en lo que respecta a los mostradores de historia. No son historiadores ni sociólogos quienes presentan sus estudios y trabajos, sino los testimonios de personas que han desempeñado un papel en la historia, mientras exploras los objetos de sala en sala: Eamon de Valera, Michael Collins, James Joyce, Samuel Beckett, etc. son algunos de los grandes nombres de Dublín que han dejado huella en su época, al igual que los artistas del grupo U2, Sinead O'Connor y Phil Lynott, que han dejado una huella indeleble en la ciudad.

Todas estas pequeñas anécdotas, grandes recuerdos, retazos de vida y testimonios de la vida cotidiana; construyen la propia identidad de Dublín y han conformado la historia de la ciudad y del país.

Una cosa es cierta: todos los objetos presentados en este museo son únicos. Tan únicos como la historia que cuentan. No se trata de objetos prestados por grandes coleccionistas de arte o instituciones museísticas, sino de objetos cotidianos donados al Pequeño Museo de Dublín por la población local, que se suman al auténtico espíritu del lugar.

Cuando cruzamos la puerta de esta institución dublinesa, se nos invita a encontrarnos con la historia de Dublín, pero no sólo eso. También es posible llevar la experiencia y la inmersión aún más lejos, ya que el Pequeño Museo de Dublín lleva a cabo un programa de bienvenida llamado "La ciudad de las mil bienvenidas".

Su objetivo es reunir a turistas extranjeros y voluntarios locales. Todos se reúnen para tomar un café o un té y conocerse mejor. Es una forma estupenda de conocer a auténticos irlandeses, y ¿por qué no visitar juntos algunas de las instituciones de Dublín?